Reducciones. El pasado mes de julio aumentaron las reducciones aplicables sobre las rentas del trabajo obtenidas por los empleados con menor retribución. Así, la reducción máxima aplicable pasa a ser de 4.633 euros en 2018 y de 5.565 euros a partir de 2019 (en lugar de los 3.700 euros aplicables en 2017). Por otro lado, podrán disfrutar de estas reducciones los trabajadores con unos rendimientos netos del trabajo (una vez descontados los gastos de Seguridad Social, sindicatos y defensa jurídica) inferiores a 16.825 euros (hasta ahora, el límite era de 14.450 euros).

Límites. Asimismo, se han incrementado los rendimientos del trabajo por debajo de los cuales no se debe practicar retención. Por ejemplo, si alguno de sus trabajadores no tiene hijos y su cónyuge no obtiene rentas superiores a 1.500 euros, a partir de ahora ya no deberá practicarle retención si percibe un salario neto inferior a 14.641 euros, una vez descontados los gastos de Seguridad Social y los 2.000 euros de “otros gastos” (no se descuentan sindicatos ni defensa jurídica). Hasta ahora el límite era de 13.696 euros.

Recálculo. Verifique si, como consecuencia de estos cambios, debe regularizar la retención que está aplicando a sus trabajadores (utilice el programa de cálculo online de la Agencia Tributaria):

• Aplique la regularización sobre los salarios satisfechos a partir del 5 de julio o a partir de agosto (opcionalmente).
• No obstante, si no ha realizado todavía la regularización, aplíquela en la nómina de octubre. La ley le permite “acumular” las variaciones de circunstancias ocurridas en cada trimestre natural y tenerlas en cuenta en la primera nómina del trimestre siguiente (excepto las variaciones ocurridas de octubre a diciembre, que sí deben regularizarse en la nómina del mes siguiente).
• Si no hace nada, no estará reteniendo de menos (si procede la regularización, ésta será a la baja). En ese caso, sus trabajadores recuperarán el exceso de retenciones en su declaración del IRPF.